Martes 1

8:30 de la mañana y suena el despertador, nadie se levanta ya que es muy pronto y habíamos quedado a las 9:20. Diez minutos después, ya nos hemos levantado y nos ponemos en marcha a desayunar. 
Hoy nos espera un día intenso ya que nos vamos a la playa porque es fiesta en Atenas, al igual que en España. 
Acabamos de desayunar y ayudamos un poco en El Victoria, mientras que Gema y yo estábamos en la cocina, el resto sacaba cajas para meterlas en las furgonetas. 
Después, nos ponemos en marcha para irnos a la playa. Cogemos el metro rumbo a Syntagma y después un tranvía que va por toda la ciudad y funciona con electricidad. 
Llegamos a Edem, cerca de El Pireo, que nos deja justo en la playa.
Después de darnos un baño, fotos y jugar a las cartas, nos dirigimos a comer en un restaurante que nos recomienda una chica sentada en una terraza.
Allí pedimos arroces y pastas que estaban muy sosos y que además eran caros. Después del restaurante nos hemos ido a tomar un café frío, las chicas pedimos y salimos a fuera a bromear un poco como si fuéramos abuelos mayores, y chistando a todo el mundo que se paraba por los semáforos; y en una de estas, un chico se gira, me mira y me saluda. 
Después de esto, nos vamos a la playa, pero nos surge un pequeño imprevisto; perdemos una zapatilla que al final resulta que la tenía Jesús... 
Llegamos a la playa y los chicos se ponen a jugar al fútbol, y mientras tanto Cristina y yo aprovechamos para tumbarnos y hacer alguna que otra foto.
A las 19:30 nos vamos de la playa ya que tenemos un largo camino hacia el hotel; mientras tanto, vamos caminando a coger el tranvía. 
 Todos los vagones están muy llenos, y tuvimos que correr ya que casi nos cierran las puertas de los vagones al entrar.
Dentro, parecíamos una lata de sardinas, no se podía mover nadie. 
De repente Cristina ve que hay sitio en los vagones y justo llegamos se levantan tres chicas de los asientos, y pensamos las chicas, está es la nuestra, y nos sentamos.
Como llamábamos tanto la atención, 4 chicos nos empiezan a preguntar y al final nos resultan muy pesados, y pasamos de ellos. 
Llegamos a la plaza Syntagma y vemos que el metro está cerrado, así que no nos queda otra que ir andando hacia el Victoria. 
Nos pegamos una buena carrera, ya que todos nos teníamos que duchar y queríamos ir a ver el partido y mientras tanto cenar. 
Jesús y yo decidimos subir con Miguel y Blanca a la quinta planta para adelantar para ducharnos, pero hay un chico en el baño. Pasaba el tiempo y no salía, así que decidí bajar a mí planta para ducharme. 
Nos preparamos todos, y bajamos a la plaza Victoria a cenar y ver el partido. 
Encontramos un sitio muy bueno en el que hacen hamburguesas, así que nos sentamos y mientras tanto mis compañeros ponen en el móvil el partido y lo vemos durante la cena. 
Cuando terminó el partido, Miguel nos explica qué vamos a hacer mañana, y Daniel como siempre no se entera... menudas risas, hasta que Miguel ya se da por vencido. 
Este día ha sido el mejor para la mayoría de todos ya que hemos estado muy juntos durante todo el día y nos lo hemos pasado genial. 
Seguimos disfrutando de esta gran ciudad y sobretodo ayudando a los que más nos necesitan. 

Paula Bautista 

Comentarios