Diario día 6 mayo

Hoy empieza nuestro último día de este gran y diferente viaje de fin de curso; como de costumbre la jornada ha empezado levantándonos a las nueve y cuarto, como habitualmente llevamos haciendo. Nos hemos preparado y arreglado para empezar la jornada de despedida.
Después de esto, fuimos a desayunar, al bar que se encuentra en la calle perpendicular a la del "Victoria". Como de costumbre, desayunamos un capuzzino con zumo de naranja natural recién exprimido con un "donut". Después, regresamos al centro para recoger las pertenencias que nos quedaban, cerrar maletas y ordenar la habitación. Tras esto, empezaron las despedidas cargadas de emoción y sentimiento; aunque llevamos solamente una semana, nos ha dado tiempo a compartir muchas experiencias y situaciones; tras esto nos dispusimos a subir al cuarto piso para realizar la entrevista.
La entrevista fue realizada por Miguel, un chico que está estudiando periodismo y comunicación audiovisual, y que quería realizar un reportaje sobre cómo es y cómo funcionaba el centro social Victoria, para su trabajo de fin de curso. Dos o tres días antes nos lo propuso y aceptamos a colaborar con él. Tras pensar y organizar la zona de grabación , empezamos. Los primeros entrevistados fueron, Paula en primer lugar, la pareja formada por Cristina y Daniel, seguida de la pareja formada por mí y mi compañera Gema, y el trió de Antonio, Christian y Miguel, terminado finalmente con la entrevista a los "teachers" Blanca y Miguel Ángel. Las preguntas que nos hicieron fueron bastante sencillas: presentarnos, qué hemos hecho, contar alguna anécdota o hecho relevante del viaje. Las de los profesores fueron algo diferentes: ¿Cómo surgió el viaje?, ¿Quién tuvo la idea?, ¿Cómo reaccionaron nuestros padres?... Para terminar la entrevista nos despedimos y agradecimos el trabajo todos juntos, con ayuda de la música tocada por Mori con su guitarra, terminamos todos juntos en piña. Tras esto bajamos a por las maletas, y nos dispusimos a despedirnos de nuestros nuevos amigos voluntarios refugiados, haciendo una foto que quedará para el recuerdo, y a proceder a bajar nuestras maletas a la calle.
Ya en la calle, Miguel Ángel fue a por sándwichs de jamón York y queso, en el bar de costumbre y lo tomamos a las puertas del Victoria, acompañados de algunos voluntarios refugiados. El autobús debía recogernos a la una pero hasta las dos menos cuarto no llegó, nos dispusimos a ir hacía el aeropuerto de Atenas entre lágrimas y tristeza.
Ya en el aeropuerto ateniense cogimos el avión de Iberia rumbo a España, esquivando la tormenta que se estaba produciendo sobre Atenas. Llegamos a Madrid a las seis y media, más o menos, tras un viaje en avión de tres horas y media con ciertas turbulencias. Ya a las siete y cuarto de la tarde, tuvimos suerte y cogimos un bus directo a Salamanca, ya que había plazas suficientes, si no tendríamos que haber cogido el bus de las nueve. Después de un par de horas de bus llegamos a Salamanca donde nos recibieron entre alegrías nuestras familias y la directora del instituto Esther, que nos besó. Tras esto regresamos a nuestros pueblos y nuestras casas.
En conclusión, este día se podría resumir en una frase de despedida a nuestros nuevos amigos y voluntarios: "No es un adiós, es un hasta luego"
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Jesús Sánchez Salinero

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