Diario, día 4 de mayo

Sexto día, suena el despertador con una canción muy famosa en esta semana, y ninguno nos enteramos. Nos ha costado mucho despertar pero no nos ha quedado otra que levantarnos e ir a desayunar con cara de sueño.
Hoy nos hemos enterado de que un refugiado llamado Yesser, que por cierto nos caía muy bien, ha intentado llegar a Bélgica esta madrugada como otros a diferentes países europeos con un pasaporte ajeno y tras pagar mucho dinero; y al fin después de muchos intentos lo ha conseguido.
Después de esta noticia, me he alegrado muchísimo. Le deseo mucha suerte en su nueva vida.
Esta mañana ha tocado ayudar en la limpieza del centro, en la guardería y en la cocina.
Algunos han limpiado, pero yo he estado con los niños y niñas que están allí jugando y aprediendo inglés.
En la guardería, estaba también Mori, que es un chico refugiado que viene desde Irán.
Cristina y yo hemos estado hablando y bromeando con él y se nos ha hecho muy ameno. Hay chicos y chicas con caracteres y edades muy diferentes y es por ello por lo que no es fácil complacer a todos...
Después nos hemos bajado Paula, Cristina y yo a la cocina y a diferencia de anteayer, no hemos estado casi nada porque ha sucedido algo inesperado en la plaza cercana al Victoria que ha hecho pensar a los responsables que era mejor cerrar el edificio y no servir más comidas.
Mientras tanto hemos descansado y nos hemos preparado para las actividades de la tarde.
Lo primero que hemos hecho a sido ir a Kallimármaro, recinto de los primeros juegos olímpicos modernos. Allí hicimos un tour escuchando la historia que este tenía. Había una cueva que era muy grande y al final estaban las antorchas de los juegos olímpicos en una pequeña exposición.
Al final de nuestra visita hicimos unos dibujos, echamos una carrera y una "Marcha sobre Atenas" en la pista de Kallimármaro, es decir, imitamos el paso de los militares de esta ciudad.  Nos hacemos llamar "Brigada Malaka" y nuestro líder es Miguel Ángel y de esta forma hemos cumplido su reto por perder la apuesta.
Después dimos un paseo hasta el restaurante típico en estos días y antes de llegar pasamos por un templo que estaba cerrado pero tengo que decir que era muy bonito. También durante el paseo fuimos por unas calles que estaban llenas de tiendas y compramos algunos de los regalos para nuestras familias.
Al terminar de cenar el camarero nos confundió con una gran familia. Con lo cual nos va a dar cancha para bromear muchísimo tiempo.
Fuimos en metro hasta Omonia y allí, a la heladería y nos compramos algo para comer.
Mientras estábamos allí descansando. Al poco rato apareció Raya, un hombre que conocimos hace tres días y no veíamos desde entonces.
Más tarde fuimos andando hasta el Victoria ya que el metro estaba cerrado.
Mientras íbamos de camino, comenzamos a bromear con Blanca y Miguel Ángel.
Llegamos a nuestra habitación y cuando entramos, Jesús se comenzó a reír. Entonces nosotros preguntamos que qué le pasaba y él nos contestó que qué era eso señalando su cama. Al acercarnos a su cama vimos que tenía un regalo muy inesperado y nada agradable.
Miguel Ángel recogió el regalo y lo tiró a la basura, después Jesús se cambió de cama.
Mori salió y estuvimos con él como todas las noches hasta que por fin nos dormimos.
En definitiva, es el antepenúltimo día y me da muchísima pena irme ya que me lo estoy pasando muy bien.
Pero esto se tiene que acabar y es una experiencia inolvidable.

Gema Sánchez.

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